Porque los paterneros necesitamos un lugar natural donde pisar tierra, al que llegar andando o en bicicleta, no estoy hablando de un parque, sino de un bosque urbano, que contrarreste los efectos de nuestros polígonos industriales y nuestras autovías, un lugar donde practicar deporte, relajarse, pasear a las mascotas o simplemente escuchar a los pajaritos; basta de hormigón y asfalto, no podemos permitirnos el lujo de pavimentar lo que queda del termino municipal, el agua de lluvia debe terminar su ciclo recargando los acuíferos y no correr por encima del asfalto causando estragos, tan solo discurriendo por el barranco DÉndolça, creando su pequeño habitat de vida; deberíamos sufrir un virus que nos volviera locos, locos por plantar arboles en la zona, locos por protegerla, locos por disfrutarla, locos por verla llena de vida, de flores de fauna (conejos, perdices, erizos, culebras, rapaces, anfibios, insectos... etc.... Si la especulación urbanística no ha podido con ella, tampoco lo hará la especulación comercial, hagamos extensiva nuestra propuesta y crucemos los dedos (poco mas podemos hacer), para que a nuestros gobernantes, todas sus ocurrencias de arrasar el territorio, les salgan mal como hasta ahora.
